martes, 12 de noviembre de 2013

No todo es lo que parece...











Si se trata de fastidiar, cualquier pretexto es bueno. Siempre habrá culpables, y pocos recursos a su alcance que le agraven la culpa. El médico no me abrió la puerta, no quiso atenderme. O peor aun, no había médico. En las ultimas semanas Oaxaca ha saltado malamente a la fama por casos de mala atención a mujeres en franco trabajo de parto. Una foto, subirla a internet y voilà, el trabajo esta hecho y cualquier usuario puede condenar lo que ve, la parte de la historia que le cuentan los medios, la que quieren decir, la parte fácil, morbosa, la que vende el espectáculo grotesco al que se han sobajado la vida, y también la muerte.

En estos tiempos, la llegada del hombre a la luna y las cámaras de televisión se han vuelto verdaderas reliquias que palidecen frente a las tabletas y los "smartphones" con conexión perenne a internet.

No se trata aquí de defender lo indefendible. Pero es difícil creer la condena fácil al médico. Lo digo porque se trata de un compañero, de un médico como yo. No se si de peor o mejor competencia profesional que uno, no se si es un alma generosa o un verdadero hijo de puta*. Lo que si tengo claro es que la sociedad parcial en la que habito es hipócritamente proclive a lo fácil, a la vida, al amor, al juicio, a la condena sumaria. Al olvido fáciles y a una larga serie de etcéteras. De no ser así, no me explico como al pequeño porcentaje de la población con internet móvil no le ha movido a indignación semejante los escandalosamente obscenos enriquecimientos de la clase gobernante, de los parasitarios ex presidentes. De cualquier funcionario de medio pelo que no satisface nunca sus ansias de robar, transar y corromperse. De los que ante todo, de todo pactan y cierran filas. El interés nacional, le dicen. De los que enlutan miles de hogares en una guerra estúpida y perdida contra el crimen (bastante bien) organizado.

¿Por que no son tan prestos en condenar a un gobierno que ocupa el dinero para edificar cárceles en vez de hospitales?

¿Por que no exigen mejor, que a los médicos se nos mande con sueldo pagado (si, así como a los profes que hacen plantones y no trabajan 2 meses) a un congreso o a un curso, ya no digamos al extranjero, sino a un buen centro hospitalario?

Ya de plano, ¿Que tan difícil es dar las gracias al médico cuando todo sale bien?

No voy tan lejos, la próxima semana es el Congreso Mexicano de Anestesiología. La reunión anual por excelencia a la que todos quisiéramos asistir. No tengo los 650 dólares que cuesta la inscripción. No tengo permiso en el trabajo (en 2) , no tengo quien trabaje por mi esos días. ¿Soy por eso, un peor médico que los que si van?

¿Por que aplauden la compra de balas, en vez de pedir ya no medicamentos, sino agua potable en sus casas? ¿Por que hoy -noviembre de 2013- campea el cólera en México, entonces?

¿Que tiene de emocionante un 16 de septiembre**, el desfilar de un ejercito corrompido, y a una marina con un grueso expediente violatorio de derechos humanos?

¿Es prioritario llenarle los bolsillos a una televisora en nombre de los niños discapacitados, o es primero ponerse del lado de los presos injustamente encarcelados como Alberto Patishtan?

¿Por que nuestra sociedad condena el maltrato a los paisanos en Estados Unidos y trata peor que a esclavos a los migrantes centroamericanos que pasan por aqui?

¿La conciencia se aplaca regalando una despensa con una vía de destino cuestionable?

¿Funcionan unos cuantos rezos al vacío, sin esperanza?

¿Verdad que es mas cómodo irse encima del último eslabón que cuestionar el sistema, sus corrompidas cabezas y sus estructuras? Al final todos estamos en el piso mas bajo. El médico no tiene una posición de poder sino de servicio, y por ello, no esta exento de errores en su desempeño. Muy raramente se comprueba la intención franca de dañar a alguien.

El acto médico es falible en si. En nada le ayudan los linchamientos mediáticos en un camino que ya es bastante agreste.













*No lo digo con afanes peyorativos, ni inmorales. Mi estimado Marcelino Cereijido, médico investigador de probada solvencia moral y profesional, ha hecho estudios muy serios al respecto de dichos especímenes. Vale la pena leer alguna de sus muchas obras científicas, a la que aludo es "Hacia una teoría general de los hijos de puta" publicada hace un par de años.

** Día de la Independencia en México